ELS QUATRE GATS

No se me ocurre mejor lugar de encuentro que este, para ir dejando las composiciones de mis amigos poetas, Jaume, Cristina, Andrés y Mª José entre otros.

                                            Cartel realizado por Picasso.                                        
                                         

                                                  
                                                                                            

                                       Interior del local con el cuadro pintado por Ramón Casas,
                                       titulado "El Tandem"
                                                                   

Tertulianos de otro tiempo.

Uno de los bares más antiguos y con más historia de la ciudad de Barcelona es "Els Quatre Gats" (Los cuatro gatos). Lo encontramos en el Barrio Gótico y  de su fachada,  ya se desprende la vida de otros siglos. Su arquitectura Modernista, obra del arquitecto Puig i Cadafalch, es una experiencia para nuestros sentidos. Nada más entrar, la decoración colorista nos transmite quietud y sabemos que se trata de un lugar con solera, donde todo ha sido posible. Las miradas nos llevan al conocido cartel realizado por Pablo Picasso, que hace los honores en la entrada. Este lugar sirvió de inspiración a Picasso en su época más joven. Pero, además ,fue centro de tertulia de algunos artistas del siglo XIX que procedían de Francia e iban y volvían a Barcelona. Artistas consagrados como, Pere Romeu, Santiago Rusiñol y Ramón Casas, del que también hay un cuadro pintado, habían pasado por allí, siendo su lugar predilecto.

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Utilizando el lenguaje cinematográfico diré: Proximamente en esta sala.

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Empezaré con  el maestro/amigo Jaume y dejo un texto de prosa poética que me encantó cuando lo leí por primera vez, hace ya tiempo y que siempre vuelvo a releer. ¡No dejes de escribir, Jaume! Un abrazo

LA MOSCA

Estaba tomando mi café en el bar de la esquina. El sol del mediodía me saludaba desde lo alto y aquel cálido abrazo me sentaba bien, pues me sentía más receptivo que de costumbre. Estaba sólo, pensando en mis cosas, meditando sobre esto y aquello. Hay veces en que parece como si se encendiera una pequeña luz en nuestro interior, tal vez para iluminar momentáneamente el lado oscuro de nosotros mismos, esa parte no consciente de la personalidad humana, lo que nos permite ver un poco más allá. Yo permanecía absorto ante mi taza, mientras saboreaba el humeante café...de pronto, algo me sacó de mi ensimismamiento; sobre la pulida superficie de la mesa se había posado una mosca que iba y venía alrededor del platito que sostenía la taza, donde yo había vertido el contenido del sobrecito...al fin, la pertinaz mosca se detuvo ante un diminuto cristalito de azúcar y comenzó a libar golosamente el alimento. Yo la miraba absorto y por unos
segundos, que pudieron ser siglos, el mundo desapareció a mi alrededor...estábamos solos la mosca y yo...en aquel momento sentí que nos pertenecíamos, pues estábamos hechos del mismo barro, de la misma substancia que la inmensa estrella o el diminuto grano de arena perdido en cualquier playa...sentí que los dos, la mosca y yo, éramos la herencia de un pasado remoto y de alguna manera perpetuábamos la vida, cada uno en su especie...En pocos segundos pasaron por mi mente todas las moscas que habían sido mis víctimas en el pasado...miré con ternura a mi amiga, que había terminado su desayuno, ella también me miró, creo que agradecida...levantó el vuelo tranquila. Yo me levanté de la mesa y me fui con mis pensamientos, un poco más feliz.

Jaume Almarcha Ferriz

LA LUNA EN TU BALCÓN

Veiamos la luna cálida
desde el balcón en silencio,
tu casa de chocolate
y dos locos con sus sueños.

Tú tenias la expresión
de felicidad completa,
contempl´bamos los dos
la media luna desierta.

A nuestros pies los frutales,
el pino queda a la izquierda,
y en la tierra tan querida,
los recuerdos que veneras.

Tu madrecita querida
cultivando con su amor
todas las sabrosas frutas
que comías con fruición.

Y bajo la amada tierra,
los amigos que en tu vida
te dejaron al marchar
una dolorosa herida.

Y allí en tu balcón, dos locos
una noche contemplaban
esa luna que en silencio,
nos pareció que lloraba.

Jaume Almarcha Ferriz


A LOS MONTES DE SANTAS CREUS(TARRAGONA)
LA LUNA Y A TI, MADRE...

Porque te busco y no te hallo
el cielo de esta noche
está huerfano de tí...
y yo, me siento tan sola.
¿Cuando volveré a verte
eterna viajera? Creciente
o menguante, tan fria,
tan bella...

RUDOS MONTES Y TU RECUERDO

No tienen rios estos parajes
casi ni tierra los matorrales,
son de secano estas montañas,
raices regias, piedras en sus entrañas.

Mas yo las amo, las siento bellas,
y en frescas noches tan apacibles
entre pinos y olivos con miles de estrellas
se duermen las flores que ella quisiera...

En cada vieja rama de la olivera,
del suave almendro y entre esas rosas,
me traen tu risa junto a su aroma.
En esta tierra , madre, estás viva.

Cada espacio de este espacio,
del amor que aquí yo siento,
de un tiempo que hoy es mi tiempo
no secará tu recuerdo.

Cristina ´Cerdán Iranzo
III muestra de Poesía comparada
de Sant Martí